Conecta con nosotros
Opinión | Eduardo Andradas

De Cogolludo a la subida de salario

Escrito hace

1 año

el

podemos alcobendas

Eduardo Andradas.- En los primeros años del siglo XX, mi bisabuelo llegó a Madrid a hacer el servicio militar desde Cogolludo (Guadalajara) era hijo de un carbonero. Aquí tuvo a mi abuelo Joaquín Andradas, que trabajaba en una portería en San Bernardo (Madrid capital). Mi abuela Margarita Sáez nació en Saornil del Voltoya (Ávila), una zona ganadera y de picadores de piedra y granito. De tradición socialista, la zona junto a Mingorría era conocida como “La pequeña Moscú” antes de 1936. Mi abuelo Joaquín, se afilió al PSOE tras escuchar en un mitin a Francisco Largo Caballero y fue sargento del Ejército Popular de la Republica destinado en la casa de Campo, tras previo paso con fusil por Somosierra. En 1941 cuando le soltaron de la cárcel, nació mi padre Jesús Andradas. Vivieron en una buhardilla en la Calle Limón y pasaron mucha hambre hasta bien avanzada la década de los 40. Joaquín regentó un bar por “Noviciados” hasta su jubilación.

Mi abuelo Pablo de Diego, era natural de Valdetorres del Jarama, como su padre. Labradores, gente muy pobre que vendía con una carreta productos del campo por la zona. Mi abuela Alejandra, era oriunda de Talamanca del Jarama, su padre no la reconoció porque era un cacique de Torrelaguna. Mi abuelo Pablo era de ideas comunistas, fue concejal del Ayuntamiento de su pueblo en febrero de 1936 y cabó de la 206 brigada Mixta del Ejército Popular de la República. 5 años de presidio por defender la democracia y otros 5 de libertad vigilada. Mi madre nació en 1945, mi abuelo se hizo pastor, hasta su jubilación y jamás renegó de sus ideas comunistas hasta que murió en el 2002.

Mi padre, mi madre y mi hermano vinieron a vivir a Alcobendas en 1972, Jesús era trabajador de Artes Gráficas, se afilió al PSOE-Histórico de Rodolfo Llopis en 1975 y al PSOE de Felipe González en 1976, sindicalista de UGT y concejal las dos primeras legislaturas de la democracia. Murió en 1995, siendo militante del PASOC y trabajador en un garaje. Mi madre también afiliada al PSOE me llevaba a los actos de pequeño mientras ella daba claveles en la puerta por ejemplo del viejo cine Castilla. Afiliada a CCOO desde 1998, trabajó en una fábrica y como asistenta doméstica. Clase trabajadora, humilde mi familia. Tras su paso por la política ninguno terminó en ningún consejo de administración de una empresa o cambiamos nuestros hogares a zonas con mayor renta económica.

Mi abuela Alejandra me trasmitió mi amor por los animales, ella cuidaba una colonia de gatos que tenía en su patio y en su tejado. Ella era muy religiosa, dicen que se hizo para evitar represalias sobre su familia tras 1939. Mi abuelo Pablo era ateo, nunca opinó de esa devoción de mi abuelo por el catolicismo.

Desde 1976 vivo en Alcobendas, al cuidar a mi abuelo Pablo, siempre conocí sus vivencias en la guerra, jamás quiso hablar de su estancia en la cárcel, solo del día que le dieron la libertad hablaba. Crecí entre mítines del PSOE y tras ser representante de los alumnos y alumnas en el Colegio Juan XXIII, en 1992 comencé con 16 años mi activismo político por mí mismo.

Cuento todo esto, porque el que traiciona su ayer, deja de ser uno mismo y se permuta en otro “yo”. Desde que entré en el Ayuntamiento de Alcobendas como edil, siempre he tenido presente mi origen familiar, mi pertenencia a la clase trabajadora, la honradez en la actuación y de que barrio crecí y del cual pretendo seguir, que es el mismo.

Te escribo estos párrafos, para dar base al por qué voté en contra de subir el salario de la corporación un 2% y por qué lo hice en la anterior legislatura también, en la que renuncié a la vez a cobrar el 75% del salario de portavoz que me correspondía. Este ciclo político si decidí recibir íntegro lo que tenía que percibir y donar 600 euros todos los meses, con lo que mantenemos nuestra Morada de Podemos. Los trabajadores/as necesitan la mayoría de las veces una huelga o manifestaciones para conseguir una subida salarial. Y no solo la patronal se opone, a veces también segmentos de la clase política. En cambio con un pleno y una alzada de mano, basta para alcanzar aumentar tu masa salarial. Nadie debería vivir con un salario inferior a 1500 euros como está el coste de la vida, debemos luchar por ello,  pero por el TOD@S no solo por el MÍ. Se puede discrepar con mi opinión, pero mi moral me indica esto, no es mejor ni peor, es que hacer lo contrario sería no poder mirar el pasado humilde y de lucha de mi familia y por supuesto no poder dar la mano por ejemplo a mis compañer@s de Alcampo la Vega que es mi trabajo y del que mantengo mi excedencia.

Salud.

¿Te gusta este contenido?, ¡compártelo!