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Opinión | Eduardo Andradas

La historia de Alcobendas se escribe con nombre de mujer

Escrito hace

2 años

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Eduardo Andradas.- En 1983 Alcobendas tenía ya presencia en la selección de fútbol de España absoluta, justo 30 años antes que se vistiera con la “roja” el jugador Mario Suárez, oriundo de esta ciudad. Este futbolista posee una instalación deportiva a su nombre, la mencionada, si mencionada, porque era una mujer, es olvido actualmente en esta localidad. Hablamos de Milagros Esteban Cerdán, integrante del Club el Parque de Alcobendas, que con 18 años consiguió ponerse la camiseta del combinado de este país. Su nombre no está en ningún lugar, pero si tenemos a Iker Casillas por ejemplo rotulando callejero.

En noviembre de 1982, Gloria Fuertes, que está enterrada en este municipio, dio en nuestra población un recital de poesía a los alumnos y alumnas del Colegio Valdepalitos. Ella si escribe su nombre en una calle, pero espera todavía a que él y sus apellidos estén en un instituto de esta tierra Alcobendana.

Olvidadas en la docencia son Pilar Sánchez González y María Teresa García Moreno, pioneras del centro psicopedagógico (Creado en mayo de 1981) de este pueblo o Carmen de la Sierra Cabezas, profesora de niñas en la escuela municipal, al igual que Emilio Casado en los años treinta del siglo pasado y el segundo da su nombre a un colegio y la primera ni se la recuerda en la memoria histórica de Alcobendas, obvio que por ser mujer.

Si Alcobendas con “V” entonces fue fundada en el siglo XI, 9 siglos tuvieron que suceder para que la mujer alcanzara el pleno municipal, consejo o responsabilidad en la gobernabilidad de este lugar. Ediles como Pilar Clemente (Concejala de servicios sociales), la concejala de UCD, después de CDS Francisca Gómez Botas, del PCEm María del Carmen Menéndez Pérez de Tudela o del PSOEm Teresa Carmona. Primeras mujeres en obtener un acta de concejal democráticamente y representar a la ciudadanía, son desmemoria en esta urbe.

El 23 de febrero de 1981, la secretaria Carmen Llamas en los momentos más contundentes del golpe de estado protagonizado por la extrema derecha, mantuvo abierto en esas horas difíciles las líneas de comunicación de alcaldía y del alcalde Carlos Muñoz, que pudo retener la democracia en Alcobendas. Otra que destacó esa “noche de trasmisores” fue Julia Martín, funcionaria del Ayuntamiento. Este hecho, otro olvido.

Existen calles dedicadas a mujeres relacionadas con la hermandad de la Virgen de la Paz, pero alguna ni se le da sus apellidos y solo es denominada con el nombre y como Santa. Otra por disposición de su marido designada con una vía porque esa área fue construida por su esposo. O por ser Marquesa (Esta vía se llamó en 1937 Avenida de la República), como María de Cubas, que encima se le titula como “viuda” del Marqués, que se llamaba Francisco de Cubas y González Montes. Resumiendo, las mujeres que se las dio un espacio en el callejero se les suele recordar por ser la mujer “de” y no por lo que hicieron socialmente.

Durante siglos la mujer fue apartada de la administración de la villa, después municipio. Un machismo de sesgo absolutista, posteriormente fernandino, que la metió en el hogar o en la Iglesia como secundaria. En 1931, la República la trajo derechos y en 1937 la Unión de Muchachas, se constituyó en nuestra población y creó en la Plaza del General Gómez Oria, en la antigua casa-palacio existente, un taller de costura, otro de serigrafía y recibió el nombre de Casa de Muchachas. Hasta 1981 no existiría algo parecido, que no fuera la Sección Femenina de FET de las JONS, que sería la Asociación de Mujeres de Alcobendas y el Centro de Mujeres de Alcobendas y Sanse, que celebró el 8 de marzo de 1982 con el lema “Libertad de acceso a un puesto de trabajo y planificación familiar”.

Existe alguna excepción como la de Francisca Delgado “La Paca” siempre conocida por ser del sindicato CGTU-UGT (Después) de hilanderas, enfermera durante la guerra, exiliada y militante del PCE/PCOE/PCPE y menos conocida por ser la portavoz del Hogar del Jubilado de la localidad a primeros de los ochenta del siglo pasado o estar en la Plataforma por la liberación de Anabel Segura y sobre todo por ayudar a gente con carestía de vida de este pueblo y al pueblo Saharaui y Cubano. Al primero, le recogía ropa y al segundo hacia jabón con aceite usado y envió media tonelada a la isla de sus manos.

Mi memoria de niño, me hace recordar un mitin del PSOE en el antiguo cine Avenida, en donde mi madre Natividad de Diego, repartía con frío claveles rojos a los asistentes en la puerta, porque venía Carmen García Bloise y en la primera fila del acto estaba lleno de hombres sentados, que son los que figuraban. Durante tiempo fue así, el trabajo militante de la mujer era de segunda.

Es la hora como viene proponiendo Podemos en esta localidad de feminizar los rincones escritos de este pueblo y su retentiva histórica.

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