Conoce DeChoker, el dispositivo anti-atragantamiento que salva vidas
La obstrucción de las vías aéreas por cuerpo extraño es una de las principales causas de muerte accidental. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2017 murieron en España 2.336 personas por atragantamientos, casi un 30% más que en siniestros en carretera.
Para evitar esta situación, en el mercado existe un aparato que impide la asfixia por atragantamiento: Dechoker, un dispositivo que puede ser utilizado como primeros auxilios a partir de los 12 meses de edad.
El aparato, que se vende en tres tamaños específicamente diseñados para ayudar a adultos, niños o bebés, es fácil de usar y válido para cualquier persona, según sus responsables.
El dispositivo consta de una mascarilla para hacer el sellado contra el rostro, un tubo depresor de la lengua, un cilindro donde se retienen los restos y un sistema de válvulas de seguridad que impiden que nada regrese a la boca de la víctima.
Según sus creadores, el dispositivo está indicado cuando las maniobras convencionales aplicadas en atragantamientos, como la de Heimlich, no pueden ser aplicadas a determinadas personas como bebés, mayores frágiles o mujeres embarazadas.
Dechoker también alude a otros colectivos con condiciones médicas especiales que incrementan el riesgo de atragantamiento, como aquellos que sufren asma, disfagia, alteraciones de la deglución, esclerosis múltiple, Parkinson, parálisis cerebral, etc…
En la web de la empresa se pueden ver testimonios de gente que encuentra útil este aparato para enfrentarse a una emergencia de atragantamiento: personas con parálisis cerebral con problemas para tragar alimentos; ciudadanos que han sufrido una enfermedad que les impide hacer la deglución correctamente; o niños con graves retrasos en el desarrollo que no tienen reflejo de nauseas que permita expulsar esos objetos.
Por otro lado, DeChoker señala que en tan sólo 4 minutos, la falta de suministro de oxígeno provocada por un atragantamiento puede provocar graves daños cerebrales, y a los 10 minutos, muerte cerebral. En la inmensa mayoría de los casos, el tiempo que tardan en llegar los servicios de emergencias sobrepasa estos 4 minutos.