La joven tricantina que recorrió el Ártico en trineo de viento ofrece una charla en Tres Cantos

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Sonia CrespoLa charla tiene lugar en el restaurante ‘Al fondo hay sitio”, sector Embarcaciones 24
La expedición duró un mes y recorrió parte del Ártico de oeste a este en trineo de viento
La joven tricantina Lucía Hortal es ayudante de investigación en el departamento de Ciencias Planetarias de la Universidad Libre de Berlín. Esta tarde ofrece una charla para dar a conocer su experiencia en la expedición que le llevó a recorrer el Ártico en trineo de viento. La cita es en el restaurante ‘Al fondo hay sitio’, sector Embarcaciones, 24.
“Me hace especial ilusión esta charla en casa, además, en Tres Cantos viven varios profesores de la Universidad Autónoma de Madrid, donde me he formado”, explica Lucía Hortal.
La expedición se llevó a cabo en un trineo de viento de 10 metros de largo y 3 de ancho, dividido en cuatro partes: la de pilotaje, una de carga, una tienda de campaña donde dormían y otra de carga.
“Me puse a trabajar para poder pagarme la expedición que eran 15.000 euros, tuve que buscar patrocinadores y lo conseguí años después”, recuerda la tricantina.
Varios objetivos
El proyecto contaba con varios objetivos: el expedicionario y el científico. En el primero de ellos el reto era realizar la ruta en el Ártico de oeste a este, “es peliagudo porque los vientos favorecen la ruta contraria”, explica Lucía, “además, al final terminamos con el descubrimiento de un nuevo nunatak (un pico montañoso rodeado de un campo de hielo)”
En el ámbito científico, Lucía tenía a cargo dos proyectos. Por un lado, un proyecto de la Universidad Autónoma de Madrid para explorar las comunidades microbianas y cómo les afecta el Cambio Climático. El otro proyecto correspondía al Centro de Astrobiología y consistía en probar un aparato con el que el centro quiere buscar rastros de vida en Marte.
“El peor momento fue cuando nos cancelaron la expedición un año entero por el COVID” recuerda Hortal. “el mejor fue la ducha de después de un mes sin ducharme y más poético, una atardecer-amanecer a la una de madrugada espectacular en la que me tocó a mi levantar la cometa y correr como desquiciada para que no me dejaran atrás. Me quedé embobada con ese momento y se me ha quedado grabado en la retina”.