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‘Todo al 11’, ¿Cómo podrían haber sido las 11 esculturas y murales que iniciaron el patrimonio artístico de la UAM?

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2 años

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  • La Universidad Autónoma acoge la exposición Todo al 11. El escultor Higinio Vázquez en la UAM (1971-2021)

  • Se puede visitar del 7 al 29 de septiembre en la Sala de Exposiciones de la Plaza Mayor del Campus de Cantoblanco, en la 1ª planta.

La Universidad Autónoma de Madrid nos propone colarnos entre las obras de la exposición ‘Todo al 11, El escultor Higinio Vázquez en la UAM (1971-2021)’. Cuando se cumplen 50 años de que sus once murales y esculturas iniciasen el patrimonio artístico y cultural de la universidad, la muestra nos descubre todas las propuestas que el artista presentó antes de desarrollar estas obras. La exposición nos la presenta su comisario, José Antonio Sebastián Maestre, responsable del Área de Gestión del Patrimonio Artístico, UAM.

¿Cuál es el motivo de esta exposición y por qué ahora?

Han transcurrido 50 años desde aquel julio de 1971 en que Agustín Gabriel, arquitecto del Ministerio de Educación y Ciencia, citó al escultor Higinio Vázquez en la Avenida del General Perón para llevarle hasta los terrenos del Goloso, donde se erigía la UAM. Allí mismo, el técnico le encargó el diseño de once murales y esculturas. Ahí, y a partir de ese momento, es donde comenzó a echar raíz nuestro patrimonio artístico y cultural.

Tras una laboriosa investigación, consideramos que era el momento oportuno para desvelar el voluminoso trabajo de propuestas que el artista presentó al Ministerio en 1971 y de reconocerle el mérito a la labor y a su autor. Como si se tratara de un pequeño homenaje.

En la Sala, se reúnen y salen a la luz por primera vez todos los proyectos creados por el autor para la UAM y propuestos al Ministerio. Son la génesis, las ideas a desarrollar. Y salen a escasos metros de donde se levantaron los trabajos. Esto hace que la exposición sea especial, al poder contrastar las ideas previas y las realizaciones. Algo poco usual.

La finalidad de las obras era ambientar, ordenar y enriquecer estéticamente el Campus de Cantoblanco, un gran escenario que habría de ser habitado por la población estudiantil universitaria desde entonces a la actualidad. Se trataba de una pauta de confort más, para dignificar los espacios, crear perspectivas y puntos de encuentro en torno al arte contemporáneo.

Se distribuirían en un vestíbulo, siete patios y tres exteriores o jardines. Serían todas diferentes y realizadas “ad hoc, ex profeso” para esta ocasión. Se trata de arte integrado, a la medida y en consonancia con su entorno.

Higinio Vázquez, indagando en los materiales

Por su vinculación estrecha con esta ciudad, podemos hablar de un artista madrileño de origen zamorano (El Pego, 1930), formado en las escuelas superiores de Bellas Artes de San Fernando (Madrid, 1947-1951) y Santa Isabel de Hungría (Sevilla, 1951-1953). Décadas después, se licenció en Bellas Artes por la UCM en 1989. A finales de los años 50 abrió su estudio-taller, que siempre ha mantenido en Madrid.

Sus indagaciones con todo tipo de materiales le facilitaron el encuentro con los jóvenes arquitectos de esta ciudad y de otras provincias españolas que se afanaban por renovar la imagen de las edificaciones. Higinio realizó para ellos obras de gran dimensión y volumen, muy atractivas en bancos, iglesias, hospitales, colegios, sociedades comerciales, ministerios y otras instituciones públicas.

A partir de 1979, Higinio Vázquez compatibilizó su tarea profesional y artística con la enseñanza, cuando tuvo la oportunidad de ejercer en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos situada en la calle de La Palma, 46, en Madrid; donde fue profesor de Modelado hasta su jubilación en 1995, momento a partir del cual volvió a centrase en su estudio.

Las propuestas tras la obra

Son los maravillosos dibujos bien definidos y recreados, esquemas y apuntes rápidos que el escultor Higinio Vázquez creó con plena libertad de actuación, sin directriz impuesta desde arriba, y en muy pocos días, con premura de tiempo (12 de julio-2 de agosto) mediante lapiceros, rotuladores y ceras sobre papel, cartulina o papel vegetal.

Se exhiben, también, Las atractivas maquetas originales, a las que dio forma con diferentes maderas, escayola o plastilina, a escala reducida y con extraordinaria pulcritud y minuciosidad.

Dibujos y prototipos, de irrefutable valor para la historia del arte, que demuestran el proceso creativo de la escultura contemporánea, el trabajo preliminar y los tanteos que surgen hasta clarificar la idea.

Se incorporan, además, a la muestra algunos documentos y las primeras imágenes tomadas por el fotógrafo Fernando Ramajo (1972), que el artista atesora en su estudio y lugar de trabajo, donde surgen y se fraguan las ideas, donde realiza, archiva y colecciona con mimo su vida interior y todo lo relativo a su labor artística, su verdadera pasión.

Creatividad a marchas forzadas

Higinio se vio obligado a comenzar y finalizar la tarea con gran celeridad —como los demás artistas que integraron sus obras en el Campus (Alfaraz, Molezún, Arcadio Blasco, José Luis Sánchez, Mateo Tito, Juan Antonio Palomo y Carlos Marinas)—, por estar prevista su inauguración para el 25 de octubre de aquel mismo año. Llegaba el jefe del Estado, entonces Franco, y debía de estar todo dispuesto, todo en perfecto estado. Por ello, tuvo que terminar todo en dos meses y medio. Se trata de algo extraordinario que cada vez que admiro los proyectos y las esculturas, me parece absolutamente imposible que pueda volver a suceder.

Higinio asumió el reto y cumplió con el compromiso sin arrepentimiento, ni dar un paso atrás, aplicando genio, creatividad, ingenio y pasión que siguen causando admiración en su autor, y a los demás, cincuenta años después.

En nuestras frecuentes charlas, el artista aún revive aquellos meses de calor, desvelo y casi agotamiento, cuando pudo resolver con altura y profesionalidad esa misión que le apartó, entonces, de cuanto no subrayara su espíritu creativo, práctico y organizativo. Todavía hoy, el artista, de 91 años, recuerda la evolución de las obras y se emociona, las vivió y las sigue viviendo a fondo, hasta tal punto que realiza las mismas esculturas en otros materiales y a escala reducida. El apasionante proyecto concebido y realizado para la UAM caló muy dentro de él.

En la resolución del proyecto de la UAM, Higinio Vázquez contó con varios estudios-taller y decenas de colaboradores especializados, a los que dirigió personalmente, organizó y con quienes trabajó a pie de obra.

Materiales

Higinio pensó desde los primeros trazos en recurrir a técnicas y materiales asequibles, había que buscar la economía, duraderos, fáciles de trabajar y de montar, al igual que acontecía en el proceso edificatorio y constructivo de la propia universidad. Por ello, el artista decidió experimentar con el hormigón armado, la chapa de hierro, algún componente en aluminio y en acero, para generar grandes elementos. Siempre, persiguió el equilibrio entre la materia, el fondo y la forma, arrancando al fundamento constituyente la esencia plástica que llevaba dentro.

El conocimiento de algunas técnicas complejas le permitió expresarse y representar con libertad, sentirse constructor de cuerpos y estructuras.

Renovación del Arte

El autor quiso con estas obras enaltecer la labor pedagógica, las enseñanzas y la propia Universidad; incluso la riqueza humana, la familia y su aporte a la sociedad.

Todas estas esculturas suponen el éxito de un momento en que el arte quiso liberarse de la norma clásica para innovar, ser joven y moderno. Se apartó del esquema tradicional de las Bellas Artes y se aproximó al mundo de la industria y su diseño. Constituyen otro museo al aire libre coetáneo al de la Castellana.

Las formas que concibió Higinio mezclan o alternan lo orgánico con lo geométrico, proponen una figuración nueva que se aleja de lo mimético y se aproxima ligeramente a la abstracción. Eso, se ve perfectamente en los dibujos, las maquetas y las obras realizadas. Se trata de composiciones fuertes, de apariencia bruta, pero flexibles, que atrapan y se funden con el espacio circundante. Son figuras que aceptan y requieren los contrastes lumínicos, que hablan de espacio ilimitado frente al volumen encerrado, de masa contra el vacío, de opacidad y transparencia, de volumen y superposición de planos, de polaridad de dentro y fuera.

Ahora, cinco décadas después, de todas y todos nosotros depende la conservación, fomento y difusión de un legado que conforma las señas de identidad y nuestro patrimonio cultural de la Universidad Autónoma de Madrid.

Actividades con motivo de la exposición

  • Visitas guiadas por el comisario para conocer las esculturas, los miércoles 15 y 22, y lunes 27 de septiembre, de 15:30 a 17:00 h.
  • Realizaremos un Encuentro con Higinio Vázquez, fecha por determinar.
  • Visitas guiadas a la exposición, el 24 de septiembre, durante la Noche de los Investigadores, a partir de las 17:30 h.

Más información en patrimonio.artistico@uam.es y redes sociales.

“Animaos y venid a ver los proyectos y las esculturas, que de seguro descubriréis una plástica tan atractiva como diferente”, concluye el comisario.

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