La Iberozona: Campañas oceanográficas

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1 añoel
Diego Chamizo. Asociación Iberozoa – Por todos nosotros son conocidos los numerosos beneficios aportados por el mar a nuestra civilización desde tiempo inmemorial. Actualmente, ya sea por el turismo, por el transporte de mercancías, o por el consumo de productos marinos, todos estamos directamente relacionados con este ecosistema. Sin embargo, la explotación inicua de sus recursos, el vertido de contaminantes y las introducciones de especies invasoras, están provocando su rápida destrucción y degradación, evento que puede provocar un cambio radical en toda la biosfera. Tomando poco a poco consciencia sobre este acontecimiento, se han ido destinando progresivamente mayor cantidad de recursos para comprender su funcionamiento, composición y amenazas.
En este punto, sobre la investigación y evaluación del ecosistema marino, entran en juego las campañas oceanográficas. Cada campaña puede ser un mundo independiente, pero aquellas que se centran en el estudio de los impactos de la industria pesquera suelen seguir una serie de protocolos comunes y estandarizados. Su objetivo: conocer el estado, distribución, abundancia y reclutamiento de las poblaciones de interés comercial, así como evaluar todos los eslabones del ecosistema.
Campaña IBTS-2022
Esta expedición de 23 días en el Canal de la Mancha y el Mar del Norte a bordo del buque Thalassa ha sido desarrollada por IFREMER (Institut Français de Recherche pour l’Exploitation de la Mer). Aunque en ella no ha tomado parte el IEO (Instituto Español de Oceanografía), es análoga a las desarrolladas por nuestra entidad, como la campaña MEDITS en el Mediterráneo, o ARSA en el Golfo de Cádiz. Destinada originalmente desde su creación, en los años 60, al estudio únicamente de las especies de interés comercial, como el arenque o el espadín, actualmente acoge a varios equipos de científicos con el fin de realizar un estudio ecosistémico completo. Veamos cuáles son.
Equipo de observadores de aves y mamíferos marinos: durante los primeros 15 días de la campaña en el Canal de la Mancha, disfrutando de un sol radiante y sin apenas oleaje, varios investigadores se situaban sobre el puente del navío y tomaban datos sobre tamaños, comportamiento, abundancia o diversidad de este grupo de organismos cúspide de la red trófica.
Equipo de sala de triado: Una gran red de pesca de arrastre era lanzada en varios transectos cada día, y en ella se capturaban los organismos de mayor tamaño, tanto pelágicos (aquellos que habitan la columna de agua) como bentónicos (los que habitan el fondo marino). La captura era triada por especies, y sobre cada individuo se tomaban medidas de la talla, el peso, y se estimaban la madurez analizando el estado de las gónadas, y la edad analizando los otolitos. Estos son unos órganos presentes en los peces óseos relacionados con el equilibrio y la detección de las ondas sonoras. Se forman por la acumulación consecutiva de sucesivas capas de carbonato cálcico, y pueden ofrecer una estimación de la edad del ejemplar. Todos estos datos posibilitan la evaluación del estado físico de las poblaciones, conocer su abundancia y la presión ejercida sobre ellas, si, por ejemplo, están madurando a menores tamaños.
Cabe destacar en último lugar la preservación de tejido, sobre todo muscular, para su posterior análisis isotópico en laboratorio. Conocer la proporción de isótopos estables de Carbono y Nitrógeno en los diferentes organismos permite comprender los flujos de materia a lo largo de la red trófica. Básicamente, nos permite entender quién se come a quien.
Equipo de laboratorio Hydro: Los trabajos se centraron en el estudio de los componentes de menor tamaño del ecosistema.
En primer lugar, se capturaban huevos y larvas para estimar el reclutamiento (la incorporación de nuevos individuos) de las distintas especies. Para entender la captura de larvas, es necesario conocer un proceso singular que tiene lugar en todo el océano denominado: Migración Vertical Diaria. Los organismos de menor tamaño, como zooplancton o larvas, se refugian durante el día en las capas más profundas del océano, evitando ser vistos y depredados al no llegar la luz del sol. Al caer la noche, pueden ascender a las capas superiores para nutrirse manteniéndose protegidos. Por este motivo, los lances de la red de captura de larvas se realizaban por la noche.
En segundo lugar, con otro tipo de red, se capturaba el zooplankton, de nuevo para conocer abundancia, diversidad, y preservar tejidos para análisis isotópicos.
En tercer lugar, se estudiaban los productores primarios. En el océano este grupo está formado principalmente por el fitoplancton, organismos unicelulares que realizan la fotosíntesis, al igual que las plantas en la tierra, y que por lo tanto inician el ciclo de los nutrientes en la red trófica. Para estimar su abundancia se utilizaron dos técnicas. Por un lado, se recogía agua a distintas profundidades gracias a botellas niskin, para a continuación filtrarla y poder medir la concentración de clorofila a (pigmento principal del fitoplancton) en el medio. Por otro lado, un citómetro de flujo, que hacía circular agua de manera continua, permitía estimar la abundancia y diversidad de los distintos grupos fitoplanctónicos gracias a la fluorescencia de todos sus pigmentos.
En cuarto y último lugar, se tomaron datos sobre las características ambientales del mar. Gracias al agua recogida por las botellas niskin fue posible medir los nutrientes disueltos (carbonatos, fosfatos y silicatos). Finalmente, con el lanzamiento de sondas CTD en los diferentes transectos se pudieron medir la temperatura, salinidad, oxígeno, ph, turbidez y radiación fotosintéticamente activa (aquel espectro de la luz que es aprovechado por los productores primarios).
Tenemos los datos, ¿y ahora?
Como podemos ver, lo que originalmente se concebía como un estudio centrado en las especies comerciales ha acabado siendo una evaluación completa del ecosistema marino. Todos los datos recogidos por esta campaña francesa en el Mar del Norte se sumarán a los de las expediciones de Noruega, Suecia, Reino Unido, Dinamarca, Alemania y Países Bajos, y serán proporcionados al ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar). Este organismo, que coordina todas las expediciones, elaborará en base a estos datos las TAC (Totales Admisibles de Captura), asegurando que la industria pesquera no someta al océano a una explotación desmedida de la cual no pueda recuperarse jamás.
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