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La Iberozona

La Iberozona: La cotorra argentina

Escrito hace

12 meses

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Asociación IberozoaLa cotorra argentina (Myiopsitta monachus), es una especie de loro del grupo Psittacidae, famosa por su avanzada cognición y sociabilidad, estando en este taxón junto con otras especies como los guacamayos, el loro africano o los periquitos.

La cotorra entró a España desde Sudamérica en los años 60-70, debido al comercio de animales, que desde hace siglos el humano ha llevado a cabo, como si los animales se tratasen de objetos coleccionables. En 2005, la UE prohibió la importación de aves silvestres a causa del brote de gripe aviar, y en España se prohibió la tenencia y la venta de las cotorras en 2013.

Estos animales, como muchos otros, no son mascotas, ya que requieren de un cuidado y una atención que pocas personas están preparados para dar, provocando que muchos les acabasen soltando, y a muchos otros se les escapasen de sus hogares. Otra de las razones de su suelta, ha sido porque como animales extremadamente sociables y habladores, necesitan constantemente vocalizar, generando una contaminación acústica que ha provocado la queja de muchos vecinos en los últimos años. Sumado a esto, el peligro potencial de sus nidos, se suma a la necesidad en la gestión de estos animales. Otras declaraciones, que son más bien hipótesis y falacias ya que no existe evidencia científica alguna, abalan que ocupan un nicho de animales como el gorrión común (Passer domesticus), la paloma bravía (Columba livia), y otros animales nidificantes, provocando su desplazamiento y descenso poblacional.
Además, debido a su biología, han sido capaces en estos pocos años de adaptarse bastante bien a nuestras ciudades: Madrid, Zaragoza, Barcelona… ocupado múltiples parques y jardines, llegando a establecerse como poblaciones viables en todas ellas.

Leer:  La Iberozona: métodos para sobrevivir en la naturaleza

Como métodos de gestión poblacional en Madrid, se llevan a cabo 4 métodos: (1) exterminio, (2) control reproductivo, (3) destrucción de nidos y (4) otras soluciones; sin embargo,
De éstas, el exterminio resulta en el marco más presente (como se sugiere en el 42,19% de los textos periodísticos). El control reproductivo aparecen en el 28,13% de los textos periodísticos, y la destrucción de los nidos en el 17,19% de los textos. Otras soluciones están presentes en el 23,44% de los textos, siendo éstas ejemplos como el de crear un censo para evaluar la magnitud del supuesto problema, prohibir el comercio de esta especie, trasladarlos a otras áreas, capturarlos…

Sin embargo, estas cifras se ven sesgadas por la falta de interés para buscar alternativas a la matanza, acompañadas del argumento sobre el coste económico, aunque sin que exista una justificación demostrada. Además, el control reproductivo suele ser mediante el exterminio: “los ejemplares adultos serán cazados con diferentes métodos como jaulas trampa, redes o carabinas de aire comprimido. Al mismo tiempo, las puestas de huevos serán esterilizadas y controladas. También se quitarán los nidos” ( Domingo 2020a ).

Todos estos métodos han provocado grandes revuelos sociales, ya que su ética y eficacia es bastante poco notable, y nosotros como seres humanos, tenemos el deber y la responsabilidad de tratar a los seres vivos con respeto y empatía.

Por tanto, parece obvio que debería de existir una gestión en común en todo el terreno peninsular, ya que esto permitiría que no se desplazasen a las zonas donde queden nichos vacíos, y estos métodos deberían llevar un seguimiento por parte de los responsables para poder comprobar cual podría ser el más adecuado. Éticamente hablando, no debemos olvidar que son animales muy inteligentes, sociables, e incluso posiblemente capaces de ser conscientes de si mismos, lo cual he podido comprobar en el experimento que he hecho en colaboración con la asociación Avetropic, en el que se estudia la autoconsciencia, basándonos en la metodología del espejo. E
Es por esto que se debe replantear y gestionar de forma lógica, respetuosa, y aunque sea a más largo plazo, una estrategia factible para que la población no siga aumentando.

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Es un animal que ha venido para quedarse, que se ha establecido, y más allá del ruido que genera, el resto de situaciones son factibles de gestionar, sin tener necesidad de exterminar individuos tan sociables, inteligentes y perspicaces como lo son éstas nuestras nuevas vecinas.

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