La Iberozona: La historia del lince ibérico

Escrito hace
9 mesesel
Por
RedacciónAntonio Martín, biólogo de Asociación Iberozoa.- Enero tiene muchas fechas importantes, pero si te interesa la naturaleza sin duda el comienzo del año tiene otro significado totalmente distinto: es el momento de observar a una de nuestras especies más icónicas, el lince ibérico.
Hoy en la Iberozona vamos a contar su historia: de cómo pasó de ser el felino más amenazado del mundo a estar a punto de asentarse aquí, en la Comunidad de Madrid.
Para entender cómo llegó a esta situación tenemos que hablar primero de su biología. A pesar de que existen distintas especies linces en todo el mundo, el lince ibérico es endémico de la Península, es decir que solo vive aquí. Se ha especializado en este territorio reduciendo su tamaño y basando su dieta en un animal muy concreto: el conejo.
El lince únicamente puede vivir donde haya conejo, ya que su demanda energética le fuerza a comer, al menos, uno al día, y el 80-90% de su dieta consiste en este animal.
Aún así, la importancia ecológica del lince radica en su condición de superdepredador, está en la cima de la cadena trófica en los ecosistemas mediterráneos y depreda sobre otras especies como crías de ciervos, gamos, perdices y otras aves e incluso otros pequeños carnívoros como la jineta o el zorro, cuyas poblaciones son diezmadas en aquellas zonas donde hay lince.
¿Por qué estuvo a punto de extinguirse el lince ibérico?
En 1900 la distribución del lince llegaba hasta Pirineos y ocupaba todo tipo de ecosistemas, siempre y cuando hubiera conejo.
Pero a mediados de siglo comenzó su declive por varios motivos: la fragmentación de hábitat por las carreteras, la caza furtiva por políticas como la ley de alimañas y, sobre todo, por las enfermedades como las mixomatosis que afectaron a los conejos. Aunque no lo parezca, el conejo ha sufrido mucho y es bastante escaso en el monte en general.
Todos estos procesos redujeron la población de linces hasta que en 2003 se consideró que solo existían 90 ejemplares en todo el mundo, únicamente en Doñana y Sierra Morena.
Cuando quedan tan pocos individuos de una especie la endogamia condena a esta a la extinción, pero aún así se invirtió una gran cantidad de dinero y recursos y se puso en marcha su plan de recuperación, el cual se ha usado como ejemplo de conservación, investigación y superación en muchas partes del mundo.
Recuperación y futuro del lince ibérico
Nace así el proyecto de IberLince, que tocó muchos palos para mejorar su conservación. Uno de ellos implica la concienciación y el cambio de opinión en la sociedad y los propietarios de fincas privadas: tener lince en tu finca pasó de ser una alimaña a ser un reconocimiento.
También se reforzaron las poblaciones de conejos y se instalaron pasos de fauna para reducir los atropellos.
Pero sin duda el éxito de este proyecto radica en su programa de cría y reintroducción. Se capturaron casi todos los linces que quedaban en libertad y se empezaron a cruzar en centros específicos, intentando entrecruzar distintas generaciones en base a su genética para aportar la máxima variabilidad posible.
No fue fácil, pero se acabó dando con la clave y en 2005 nació el primer lince del proyecto de cría y en 2010 nacen en libertad los primeros linces nacidos de una madre criada en cautividad. Algunos linces como Aura, que murió hace poco, han llegado a tener más de 200 descendientes.
Estos linces nacidos en cautividad se siguen soltando y radiomarcando, observándose que poco a poco colonizaron nuevas zonas y aumentaron sus poblaciones hasta llegar a la situación actual.
A día de hoy hay alrededor de 1400 linces en la Península y ya ha superado la amenaza de estar en peligro crítico, asentándose en nuevas zonas como los Montes de Toledo, pero aún queda mucho por hacer ya que su genética es muy pobre y sufre enfermedades y otros procesos derivados de la endogamia.
Debido al cuello de botella que sufrieron, prácticamente todos son primos, por lo que además de reforzar con reintroducciones necesario fomentar el flujo de linces por el territorio con corredores ecológicos.
El lince se dispersa mucho, por eso los atropellos son una de sus amenazas, pero ya se han registrado ejemplares que han llegado hasta Cataluña, el Norte o incluso la Comunidad de Madrid, por lo que si este nuevo proyecto, el Lince Connect, tiene éxito, podrá volver a asentarse en sus territorios originales.
Ver al lince ibérico
Si quieres ver linces recomendamos ir a la Sierra de Andújar en diciembre-enero, ya que es su época de celo y están más activos. Es un paraje con una biodiversidad y paisaje únicos donde el ecoturismo ha cogido mucha fuerza, de hecho nosotros ofertamos varios viajes a ver lince todos los años y están yendo muy bien, así que si quieres disfrutar de esta magnífica especie, ¡ya sabes lo que tienes que hacer!
Relacionado:

- Desde el 1 de enero la Comunidad de Madrid intentará apostar por el fomento de la natalidad con ayudas de 1.800 euros por hijo en partos y adopciones múltiples
- Vive un octubre cultural en Villanueva de la Cañada
- El Hospital de Villalba amplía esta semana el horario de su sala de donación para aumentar las reservas de sangre