La Iberozona: ¿Qué anfibios cantan en Tres Cantos?

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2 añosel
Antonio Martín, Asociación Iberozoa – Las lluvias de finales del invierno traen consigo un evento natural que suele pasar desapercibido: el comienzo de la época reproductora de los anfibios. Movimientos de cientos de individuos, conciertos nocturnos, charcas llenas de amplexos y huevos gelatinosos… Un frenesí reproductivo que se prolongará hasta finales de mayo y hace únicas a las comarcas que tienen el privilegio de albergar esta biodiversidad, siendo Madrid Norte y en concreto Tres Cantos una de las más privilegiadas en este sentido. Hoy vamos a conocer a algunos de ellos y, además, vamos a escuchar sus cantos.
Razones por las que pasan desapercibidos
Pensaréis, ¿entonces por qué tan desapercibido? Pues porque, por desgracia, los anfibios como los sapos y salamandras y los reptiles como los lagartos y las serpientes son de los animales más desconocidos y desfavorecidos por la sociedad. Algo totalmente injustificado por varias razones:
- No son peligrosos, ni agresivos. No conviene tocarlos puesto que pueden causarte molestias: si los dejas tranquilos, ellos ni siquiera repararán en ti.
- Son eslabones fundamentales de los ecosistemas: son la base de la dieta de gran cantidad de animales de mayor tamaño, pero además son controladores de plagas muy efectivos al alimentarse de insectos y micromamíferos. Son aliados contra la transmisión de enfermedades y la salud del entorno.
- Son especies clave para la investigación de algunos aspectos que nos afectan directamente, por ejemplo en medicina para la regeneración de extremidades o como modelos para entender el cambio climático.
- Su elevada biodiversidad a nivel nacional y local suponen un Patrimonio Natural único e irremplazable. Si conservamos una catedral de cientos de años, ¿por qué no conservamos especies con una biología que ha evolucionado durante millones?
Para contrarrestar este desconocimiento una de las actividades de Educación Ambiental que más solemos hacer con la población local es la “Gymkana de anfibios”. En ella, los niños se metieron en la piel húmeda de estos curiosos seres y pasan a ser los anfibios de zonas como por ejemplo Tres Cantos. Por ejemplo, escondieron sus huevos como si fueran tritones pigmeos o sacaron sus costillas como si fueran gallipatos.
El canto de los anfibios en el norte
Así que igual que ellos, hoy vamos a jugar y a identificar algunas de de estas especies, pero por su canto. Vamos a empezar por uno fácil, el de la rana común (Pelophyax perezi), a la que todos estamos más acostumbrados, ya que además de que puede vivir en entornos más degradados es principalmente diurna, siendo el resto de anfibios nocturnos para conservar su humedad y su delicada piel en mejor estado.
Seguimos con el sapo corredor (Epidalea calamita) un anuro muy frecuente de preciosos ojos verdes que representa a la perfección este frenesí, llegando a poner sus huevos incluso en cunetas y rodadas de vehículos inundadas o hacer auténticas orgías. Si alguna vez viste renacuajos negros secándose en mitad de un camino, son de esta especie. Este comportamiento deriva de las hormonas producidas por su cuerpo al detectar la humedad y la subida de las temperaturas.
Puedes confundirlo con la siguiente especie, pero no por su canto, si no por su aspecto igualmente verrugoso y tosco, el sapo común (Bufo spinosus) que por desgracia es cada vez menos común. Es capaz de memorizar el camino de vuelta a la charca o el arroyo en el que nació desde 5km de distancia, por eso cuando construyen una carretera en medio, es uno de los anfibios que más sufren de atropellos. Sobre atropellos de fauna hablaremos en otro programa, ya que hay un proyecto llamado SAFE que entre otras cosas pretende estudiar estas pérdidas.
Pero si de cantos queremos hablar, sin duda tenemos que destacar el de la ranita de San Antonio (Hyla molleri), una ranita verde arborícola y preciosa cuya reproducción podría considerarse como la berrea del ciervo primaveral.
Aunque no todos cantan por encima del agua, algunos emiten el sonido por debajo cuando están buceando, como el caso del sapo de espuelas (Pelobates cultripes) llamado así por las estructuras que tiene en sus patas que le permiten cavar túneles de hasta un metro donde pasar el invierno o el verano. Sus renacuajos pueden ser tan grandes como pelotas de golf, de hecho, generalmente en todos los anfibios cuanto más tiempo pase el renacuajo en el agua comiendo y creciendo, más posibilidades de supervivencia tendrá el adulto.
Por último, reproducimos el canto de uno de los padrazos del mundo animal que mencionamos en anteriores programas, el sapo partero (Alytes cisternasii). El macho lleva los huevos a cuestas durante 3 semanas, hidratándolos y cuidándolos hasta que eclosionan y entonces los suelta en el arroyo como si fueran un racimo de uvas. Su silbido e muy parecido al del autillo.
Por desgracia, los anfibios son el grupo de vertebrados más amenazado a nivel mundial. Por eso es necesario tanto esfuerzo de concienciación. El primer paso para conservar es conocer, y la Asociación Iberozoa lleva ese conocimiento a todos los públicos a través de sus proyectos de Educación Ambiental, de vídeos como los que tenemos en Youtube de Tres Cantos o de sus proyectos de investigación y conservación en el Parque Norte de Tres Cantos.
Y sobre todo, cuidado con dos cosas: lo primero con los atropellos, disminuye tu velocidad cuando te muevas estas noches de lluvia, ya que de ello depende el futuro de sus poblaciones, y segundo, no los toques ni muevas de sitio, ya que ríete tú del covid, a ellos puedes contagiarles enfermedades que en algunos países como Holanda han acabado con el 95% de ellos. ¡Pero de todo esto hablaremos otro día!
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