logo onda cero

ESCÚCHANOS ONLINE

La Iberozona

La Iberozona: ¿Se pueden seguir haciendo expediciones naturalistas clásicas en pleno 2022?

Escrito hace

1 año

el

Javier Mugueta, biólogo de la Asociación Iberozoa.– Desde el botánico e ilustrador científico gaditano, Celestino Mutis, hasta el mítico Darwin a bordo del Beagle y pasando por otros celebres personajes como Humboldt o Cook. Los naturalistas clásicos tenían que hacer viajes muy arriesgados para conseguir ver las maravillas de la naturaleza que existían al otro lado del atlántico, documentarlas y traerlas hasta Europa para incorporarlas al cuerpo de conocimiento con el que trabajaban los científicos más punteros de la época.

Pero a día de hoy ¿Eso se sigue haciendo?

Si, en realidad muchos grupos de investigación actualmente dependen de las expediciones para extraer las muestras y los taxones nuevos en los que basan su estudio. Aún quedan muchas zonas desconocidas en la selva en el desierto y en el fondo del océano, pero tampoco hay que irse tan lejos, aquí en la península ibérica aparecen nuevas especies y descubrimientos importantes todos los años.

¿Puedo participar en una expedición naturalista en pleno 2022?

Afortunadamente y por que como dice mi madre, hay gente pa tó… aún hoy en día se puede disfrutar de la experiencia del naturalista clásico que va a la selva sin mas recursos que su mochila para investigar y descubrir todas las maravillas de la naturaleza que esconden los trópicos poniéndose en la piel de los exploradores de hace 2 siglos. Existe un programa que se llama la Ruta inti, que tiene la idiosincrasia de la Ruta Quetzal que les sonará más a los respetables oyentes que ya tengan un pelín mas de edad. Estos se van todos los años de expedición a la selva y dentro del programa hay una parte cultural más antropológica y también una parte académica de biología que estos dos últimos años he dirigido yo.

Leer:  La Consejería de Medio Ambiente potenciará la presencia de Tres Cantos en el Arco Verde de la Comunidad de Madrid

¿De qué tipo de viaje estamos hablando?

Bueno pues no es un viaje fácil, por que el concepto se basa en parte en imitar las características de las expediciones clásicas. Los transportes muchas veces son caminando, entre el lodo y la selva. Con la comida para varios días en la mochila, las tiendas de campaña. La disponibilidad de recursos como el agua puede ser limitada. Y además estás expuesto a cualquier tipo de contingencia que puedas encontrarte en la selva lógicamente.

¿A dónde fue la expedición de este verano?

Este año nos hemos ido un mes a Panamá, de finales de julio a finales de agosto. Y la verdad es que fue una pasada de expedición. Justamente cuando llegamos el país estaba experimentando una serie de revueltas sociales orquestadas por las 7 comunidades indígenas que habitan el país que hasta ese momento nunca se habían puesto de acuerdo. Y su principal herramienta de presión al gobierno era que habían cortado la panamericana, que es la carretera que atraviesa el país, vaya como si cortas todas las radiales en España. Entonces después de unas semanas el país estaba desabastecido incluidas zonas donde no llegaba agua potable.

En un mes imagino que habrán pasado demasiadas cosas como para poder contarnos… ¿pero nos podrías contar las más interesantes?

Una de las mejores experiencias es que debido al bloqueo, estuvimos conviviendo con 2 comunidades indígenas distintas, y eso implicaba pescar, cazar, recolectar con ellos. Participar de sus danzas, de sus ritos. Dormir donde dormían ellos en sus casas en altura para evitar a los animales…etc. También pudimos hacer a pie los dos caminos principales que conectaban el caribe con el pacífico y que durante la época de la conquista los españoles utilizaban para transportar riquezas como por ejemplo la plata de las minas de Potosí. Eso fue muy duro porque fueron varios días atravesando la selva, y pudimos compararlo con la versión actual de ese proceso que es el uso de las exclusas del canal de panamá para el paso de embarcaciones con mercancía. Y ya para ponerle la guinda al pastel tuvimos el privilegio de dormir en el cráter de un volcán que estaba a 3400 metros, aunque a mi me dio un mal de altura que estaba tan “borracho” que ni me enteré

Leer:  Más sostenibles: La sequía y la DANA en nuestros ríos

¿Te gusta este contenido?, ¡compártelo!