En la sección Psicología en la Onda, hoy hablamos de los efectos psicológicos que tiene el desempleo. Amelia Zamora, Psicóloga de Apoyo a los Servicios Municipales del Ayuntamiento de Tres Cantos desvela elementos emocionales que viven las personas que están en esta situación.
Zamora, que en otras ocasiones ha hablado de otros temas como las consecuencias psicológico del confinamiento, en esta ocasión reflexiona de los efectos del desempleo en la misma área. La psicóloga ha empezado diciendo que muchas personas piensan que “el trabajo es una actividad que permite tener un sueldo y poder pagar tus facturas a final de mes. Pero la realidad es que el trabajo cumple con otras funciones en la vida de las personas. Una de ellas es que divide la vida en dos compartimentos distintos, el del tiempo libre y el que estamos en el trabajo”.
La psicóloga añade que las personas que están en desempleo “pueden tener los primeros meses una sensación parecida a estar de vacaciones. Por lo que sienten que están descansando y disfrutando de su tiempo libre”. El problema es cuando la situación se prolonga”.
Esa desestructura del tiempo puede provocar que “las personas tengan sintomatología depresiva. En el fondo todos necesitamos tener el tiempo estructurado. Y cuando perdemos esa estructura, podemos desarrollar también sintomatología depresiva”, según afirma la psicóloga.
El trabajo también permite crear redes sociales, que son muy valiosas
Además, según Zamora, el trabajo en muchas ocasiones permite crear redes sociales para la persona, pero si estás en desempleo estas desaparecen. “De hecho ahora con la pandemia, mucha gente ve más a sus compañeros de trabajo que a su familias debido a las restricciones. Así que nuestra vida social está en estos momentos en esos entornos laborales”.
Otro aspecto a tener en cuenta es que “el trabajo también nos permite tener la sensación de que somos útiles, somos competentes, y podemos hacer un trabajo”, explica Zamora. Cuando una persona lleva mucho tiempo desempleada, puede empezar a tener sentimientos relacionados con no valer, y otro tipo de inseguridades. “Incluso podemos sentirnos invisibles. A lo mejor has enviado decenas de curriculums, y no te han llamado. Y tienes la sensación de que no han reparado en ti”, relata la psicóloga que trabaja como apoyo en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Tres Cantos .
“Cuando uno va sumando todas estas pérdidas (de poder adquisitivo, actividad habitual y cotidiana, red social o posición social, entre otras) pierde dimensiones importantes de su dimensión psicológica. Y también en términos de autoestima, que termina pasando factura.