logo onda cero

ESCÚCHANOS ONLINE

Tras las huellas de la sierra

El origen de los topónimos más antiguos de la Comunidad de Madrid (parte 2)

Escrito hace

1 año

el

El territorio que hoy forma la Comunidad de Madrid estuvo ocupado durante varios siglos por la sociedad musulmana. Por ello esa dominación se ha visto reflejada en la existencia de no pocos topónimos arábigos, aunque no siempre es segura la adscripción como árabes de determinados topónimos que se tienen como tales.

Así sucede con el nombre de la ciudad de Getafe, que presenta muchos problemas etimológicos y poco se puede decir de él sin dudar. Se presume, eso sí, su origen árabe, por su aspecto y configuración (se menciona como Xataf, calle larga). Las documentaciones medievales del topónimo no permiten de momento ir más allá.

Más sencilla parece la explicación de un topónimo como Guadalix, que presenta el elemento inicial Guad- (< ár. wādī ‘río, valle’), visible en topónimos como Guadalix de la Sierra y San Agustín de Guadalix, si bien tampoco se ha logrado identificar con certeza el componente que le sigue (-alix), quizás preárabe. El Guadalix es un río cercano a la población que denomina y que pasa, a su vez, por San Agustín. A eso se debe que el nombre de esta última población tome como apellido el hidrónimo. La ubicación de Guadalix de la Sierra en terreno montañoso, al pie de la sierra, explica, por su parte, ese otro complemento.

San Agustín de Guadalix no es en modo alguno el único topónimo madrileño que ha tomado cuerpo gracias al santoral. Otras poblaciones llevan en su nombre el de algún santo, como San Lorenzo de El Escorial, que debe su nombre al monasterio, u otras en honor a San Martín, como San Martín de la Vega —en la vega del Jarama— o San Martín de Valdeiglesias. Un nuevo ejemplo es el de San Sebastián de los Reyes, fundada por vecinos de la inmediata Alcobendas que habían huido del acoso del señor feudal don Juan Arias Dávila, y que fueron protegidos por los Reyes Católicos —de ahí el apellido toponímico—, al permitirles crear la nueva población. La ermita dedicada a San Sebastián, sobre la que se fueron asentando los vecinos, dio nombre al nuevo lugar. San Fernando de Henares, como último ejemplo, se llama así en honor al rey Fernando VI. No es nada extraño vincular nombres de poblaciones a un monarca mediante el nombre del santo correspondiente.

Leer:  Tras las huellas de la Sierra: Los cinco pueblos menos poblados de Madrid

Concluimos el repaso a los nombres de las poblaciones madrileñas con algunos de los que contienen una base latina o ya claramente románica o castellana. Es el caso de Móstoles, topónimo para el que se ha aducido una forma vinculada al lat. monasterium(quizás un ablativo plural *monisteriis), en referencia a un monasterio o basílica cristiana anterior al periodo de dominación musulmana.

De igual forma, Coslada no muestra un origen preciso; su explicación desde un lat. *cova ustulata ‘cueva quemada’ no deja de ser mera hipótesis. Otro tanto puede decirse de Parla, topónimo que se considera creado a partir de un antropónimo romano Parĭlus, el nombre del propietario del lugar.

Leer:  Tras las huellas de la Sierra: Los cinco pueblos menos poblados de Madrid

En el topónimo Leganés todo indica que se ha formado a partir de légamo o légano ‘lodo’, debido a la antigua existencia de lagunas desecadas en el lugar para su aprovechamiento agrícola; el Lago Ness de Leganés resulta menos increíble ahora. Próximo a Leganés está Fuenlabrada, asimismo de fácil etimología: fuente labrada. La estructura se repite en Majadahonda, nombre que recuerda el origen ganadero de la población.

Pozuelo de Alarcón, inmediato a la capital, revela en su nombre un origen humilde, el de un pozo o manantial existente en la zona. Mucho más numerosos serían los pozos en Ciempozuelos, aunque no fueran exactamente cien.

¿Te gusta este contenido?, ¡compártelo!