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Tras las huellas de la sierra

Tras las Huellas de la Sierra: El puerto de Cotos y la Laguna de Peñalara

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Guillermo Herrero, responsable de www.toponimos.es.- El conocido puerto de Cotos es hoy uno de los concurridos puntos de encuentro de la sierra de Guadarrama. Lugar de reunión de esquiadores que van camino de la estación de Valdesquí, o de excursionistas de toda condición que concurren en este cruce de caminos entre tierras segovianas y madrileñas para iniciar sus rutas hacia la cumbre de Peñalara, la más alta de la sierra con sus 2.428 metros, a cuyos pies se encuentra el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso.

Los nombres del puerto

Como otros puertos y pasos históricos de montaña, el de Cotos ha tenido diversos nombres a lo largo de su dilatada historia. En sus orígenes era conocido como puerto del Paular. No en vano, El Paular y su Monasterio Cartujo se sitúa apenas a unos kilómetros en mitad del Valle del Lozoya. Antiguamente, el puerto del Paular era lugar de paso para pastores segovianos y del valle del Lozoya, que cruzaban con sus rebaños hacia los más templados pastos de la vertiente sur de la sierra, esa que ahora se sitúa en la provincia de Madrid y que queda más resguardada de los vientos del norte. También fue este paso del Paular uno de los más peligrosos de la sierra, refugio de bandoleros y asaltantes de caminos como Manuel Rodríguez, conocido como «El Rey de los Hombres», o Juan de Nieva «Cabeza Gorda», que a finales del s.XVIII encontraban en la espesura de sus bosques el escondite perfecto para huir de sus fechorías.

Aún con sus peligros, a los habitantes del valle del Lozoya no les quedaba otra solución que cruzar hacia Segovia por el puerto de El Paular si no querían hacerlo por el del Reventón, con un recorrido más corto, pero con un mayor desnivel y dificultad. Muchos viajeros perdieron su vida perdidos entre la nieve, la ventisca y el frío, tratando de ahorrar tiempo por este puerto de nombre tan poco alentador.

El nombre del puerto de Cotos

La denominación actual más empleada, puerto de Cotos, tiene su origen en 1761 cuando el monarca ilustrado Carlos III adquirió para la corona los Montes de Valsaín, que pasaron a denominarse Pinar del Rey.

Para delimitar la propiedad real de los Montes de Valsaín de la propiedad cartuja del Pinar de los Belgas, situado en lo que hoy es la vertiente madrileña, el rey creó un cuerpo de guardería, a la vez que situó varios mojones o «cotos», delimitando así los montes de la corona. De estos cotos, se pueden ver fácilmente dos, en lo alto del puerto, a ambos lados de la carretera, que se conservan restaurados. De estos límites reales deriva el nombre de puerto de los Cotos, que convive con el más antiguo de puerto del Paular.

Vamos a hablar ahora a un lugar al que se accede desde el Puerto de Cotos por un camino perfectamente marcado, a 1.830 metros de altitud.

Laguna de Peñalara

Hablamos de la Laguna de Peñalara o Laguna Grande de Peñalara, que es de origen glaciar y se localiza en el fondo del circo de Peñalara, a 2.017 metros de altitud. Pertenece al término municipal de Rascafría y está integrada en el área de máxima protección del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Se trata de un lugar bello y enigmático, rodeado de praderas y áreas rocosas con piornos y enebros rastreros.

Entre su fauna destacan anfibios y aves y, puesto que se trata de una zona de especial protección medioambiental, no se permite transitar libremente a los senderistas y visitantes, sino únicamente por los caminos marcados. La profundidad máxima de sus aguas es de 4,7 metros y su perímetro es de 650 metros. Sus aguas permanecen congeladas entre diciembre y marzo, pero aun así es la laguna más grande del Parque Nacional y la más visitada.

Leyendas de la La Pastora y los Dos Amigos

Por supuesto, también tiene sus propias leyendas, entre ellas la más conocida, la de La Pastora, que cuenta que cada noche de Difuntos emerge de las aguas la figura de una pastora que trató de salvar a un cordero de morir ahogado, en plena noche, al confundir sus balidos con unos extraños sonidos que nacían de las oscuras aguas de la laguna.

Otra de las leyendas, la de Los dos Amigos, que supuestamente investigaban la leyenda anterior, dice que mientras uno de ellos leía un libro en la orilla, el otro se adentró en la laguna. Cuando el que leía cerró de golpe el libro, el que se había atrevido a entrar en la laguna fue engullido por las aguas, tal vez arrastrado por la pastora.

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