Tras las Huellas de la Sierra: La toponimia que esconde el “Puente del Perdón”

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RedacciónGuillermo Herrero, responsable de www.toponimos.es.- El origen de este topónimo es un ejemplo de que hay parte de la toponimia serrana que recuerda sucesos reales de pillería y vandalismo. Sobre el río Lozoya, a su paso por Rascafría, se erige el llamado puente del Perdón.
La estructura que ha llegado hasta nosotros no es la original. Hubo un primitivo puente medieval, que fue edificado en el año 1302, en el contexto de los procesos de repoblación llevados a cabo por la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia. Por lo tanto, su origen es anterior al del Monasterio de El Paular, cuyo primer embrión fue un pequeño cenobio fundado en 1390.
Más tarde, fue reconstruido en el siglo XVIII, en sillería de piedra propia de la Sierra de Guadarrama. Fueron los frailes del Paular los que sufragaron sus obras, una vez que se optó por derribar la vieja construcción medieval, seguramente muy deteriorada por las riadas y las inclemencias meteorológicas.
El Puente del Perdón toma su nombre de los indultos anunciados sobre él, durante la época tardía de la Inquisición española.
A espaldas del actual Real Monasterio de Santa María de El Paular, las autoridades locales de mediados del siglo XIV enjuiciaban a bandoleros y criminales antes de llegar al puente, por lo que cruzarlo significaba continuar el camino hacia la Casa de la Horca y quedarse del otro lado, por el contrario, la salvación deseada.
En 1320, la orografía escabrosa del Valle del Lozoya, emplazamiento rodeado de altas cordilleras de más de 2.000 metros de altura, servía de perfecto escondite a los numerosos maleantes expulsados de Madrid y Segovia. Los bosques y cuevas actuaban de camuflaje natural en el que los malhechores continuaban con sus fechorías.
Como consecuencia, el aumento de la pillería en la zona supuso el descontrol del gobierno central y los “quiñoneros” fueron enviados para restablecer el “status quo” perdido.
Los Caballeros de los Quiñones de la Ciudad de Segovia, orden creada en 1085 por Fernán García y Día Sanz para la repoblación de las tierras cercanas a Segovia tras la Reconquista, acudieron a la llamada de los reyes y extendieron su poder por Rascafría, así como por diversos pueblos que hoy pertenecen a Madrid.
Su jurisdicción se extendía por los actuales términos municipales de Rascafría, Alameda del Valle, Oteruelo del Valle y Pinilla del Valle, pueblos hoy día madrileños, que surgieron bajo el impulso repoblador del concejo segoviano.
Los cien jinetes de lanza de la orden presumían de su condición de milicianos a sueldo, ya que eran de garrote fácil y horca aún más si cabe. Por ello, no dudaban en impartir justicia en el mismo momento de apresar al reo, ya que el nombre era entonces la prueba más valiosa de la época.
Con el paso del tiempo, los “quiñoneros”, fundamentalmente por situación, tomaron por costumbre soltar a los indultados en el puente que conducía hacia la Casa de la Horca. En este lugar, los enjuiciados procedían a expresar sus últimas súplicas y los afortunados eran salvados de morir en la horca. Al recibir el perdón, los habitantes del lugar comenzaron a denominar con este nombre al puente, que ha llegado hasta nuestros días. El puente del Perdón es sólo un ejemplo de topónimos serranos que recogen la tradición del pillaje y las malas artes. La Cueva de la Mora en la Pedriza y la Sima de los Pastores en San Lorenzo de El Escorial, constituyen igualmente claros ejemplos.
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