Tras las Huellas de la Sierra: los terremotos y las brujas en Madrid

Escrito hace
7 mesesel
Por
RedacciónGuillermo Herrero, responsable de www.toponimos.es.-Los madrileños no estamos acostumbrados a los temblores de tierra, por lo que cualquier movimiento perceptible bajo nuestros pies se convierte en noticia. Si pensamos en una situación parecida, pero ocurrida muchos años atrás, no es de extrañar que los habitantes más abiertos a la existencia de otras energías pensaran en ciertas mujeres, archiconocidas por su tendencia a la venganza mediante conjuros, como causantes de los mismos. Parece difícil de creer, pero existen algunos ejemplos de esta conexión tan inusitada.
Porque Madrid no es tierra de terremotos, pero sí de brujas. Según el mapa de peligrosidad sísmica de España del Instituto Geográfico Nacional, la Comunidad de Madrid no tiene riesgos importantes, por lo que sus habitantes no suelen percibir temblores. El último más notorio que se recuerda, con 3,5 grados en la escala de Richter, ocurrió en 2013 y tuvo como epicentro la localidad de Alcorcón. Así, nunca se han sobrepasado los 4 grados, siendo precisamente ésta la magnitud del mayor terremoto datado y que tuvo lugar en San Martín de la Vega en 1954.
María Manzanares, la bruja de Miraflores
Por eso decimos que Madrid no es tierra de terremotos, pero sí de brujas, puesto que ha albergado a unas cuantas hechiceras insignes, principalmente en la Sierra de Guadarrama. Una muy conocida es la historia de María Manzanares, la bruja de Miraflores y sus discípulas: Isabel de la Maza y Ana de Nieva. Juntas eran capaces de enamorar al más duro de corazón, pero también de provocar los mayores males si eran molestadas. Ninguna tuvo el final que hubiera deseado, allá por el siglo XVII.
Otras hechiceras muy conocidas del norte de Madrid eran Las Mujeres Rientes de Robledo de Chavela que, durante el siglo XIX, se concentraban en las llanuras remotas para danzar durante horas y lanzar conjuros a diestro y siniestro.
La ‘beata Clara’
Pero quizás, entre las más conocidas, se encuentre la mal llamada ‘beata Clara’; esta mujer, que de santa únicamente tenía su apodo, regentaba un ‘consultorio’ en el Barrio de las Letras de Madrid. Se dice que por este lugar pasaron grandes personajes del siglo XVIII, entre los que se encontrarían habitantes de la Corte.
Fueron ellos los que consiguieron librarla de la horca, castigo al que fue precisamente fue condenada por bruja, cambiando la sentencia por un año de cárcel. El gran enfado de la ‘beata’, la llevó a pronunciar una maldición que se cumpliría al final de su ‘escarmiento’. Justo un año más tarde, se produciría un terremoto en Madrid. Puede que no todos lo coetáneos lo confesaran, pero la mayoría se acordó de las palabras de aquella mujer.
El último terremoto en la Sierra
El último gran movimiento sísmico en la Sierra de Guadarrama tuvo lugar el 17 de noviembre de 1995. En aquella ocasión, el temblor pudo sentirse en casi una decena de pueblos como Galapagar, Las Rozas, Hoyo de Manzanares y Torrelodones, entre otros. Los 3,5 grados hicieron temblar lámparas, cuadros y demás objetos, pero no provocaron grandes desperfectos. Sin embargo, el seísmo no pasó indiferente para los serranos y viejas historias de brujas afloraron de nuevo. Durante un tiempo, se buscó a la bruja culpable que, mediante malas artes, habría provocado el temblor, pero no hubo suerte (ni falsas acusaciones) y la historia se fue desvaneciendo hasta desaparecer de las conversaciones diarias. Quién sabe si en Madrid sigue habiendo brujas y si pueden provocar que la tierra tiemble. Por si acaso, cuidado con hacer enfadar a la persona equivocada.