Tras las huellas de la Sierra: el origen del nombre de Madrid

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RedacciónEn el Cerro de San Isidro existe un yacimiento del Paleolítico. Se han encontrado restos de una necrópolis visigoda en la Colonia de Vallellano, frente a la Casa de Campo. Pero el primitivo pueblo de Madrid debió estar en el Campo del Moro, pues el nombre lo indica así.
El documento más antiguo conservado en el que se menciona Madrid es de 1152, haciendo referencia a un privilegio de Alfonso VII otorgando a la villa la posesión de los montes, sierras y términos entre su lugar y Segovia, desde el Puerto del Berrueco, hasta el Lozoya. En el Fuero de Madrid (1202) se menciona como Madrid y Madride.
Los madrileños sienten gran curiosidad por el origen del nombre de Madrid, pero las respuestas razonables no han llegado a la mayoría de la gente, porque al tratarse de una ciudad importante nos hemos visto inmersos en siglos de debate vacío entre alardes de falsa erudición. Hay cierta conciencia de que en época árabe se llamaba Magerit, y generalmente nos quedamos con ese término como si fuera el originario, intentándolo interpretar como “agua corriente”, formado a partir de ma, “agua” y jerit, “corriente”.
Madrid y sus derivados fue en la Edad Media un nombre relativamente común. Tenemos Madrona (Segovia) -la madre pequeña-, La Madrid (La Rioja) -que nos indica su género femenino-, Madridejos (Toledo), varios Madrigal y Madriguera -lugares con varias madrices -, e incluso una Matrice vecina a Berceo (La Rioja), que menciona el monje silense Grimaldo en su relato de la vida de Santo Domingo de Silos, en el que luego se inspiró Gonzalo de Berceo para escribir su Vida de Santo Domingo de Silos.
Todos ellos indican que Madrid deriva del latín matrice, “matriz, cauce”, lo que evidentemente se debe a su ubicación junto al río Manzanares, concretamente en el Campo del Moro. De hecho, en este caso moro no se refiere a ningún caudillo árabe, a pesar de que ya todo el mundo asume como cierto que el Campo del Moro se llama así porque allí instalaron los moros su campamento cuando intentaron sin éxito reconquistar Madrid en 1109. Por el contrario, moro significa “lugar morado o habitado, pueblo”. Más exactamente, moro era una de las formas en las que los repobladores de la Edad Media nombraban lugares despoblados en los que se conservaban restos de construcciones, aunque se había olvidado su nombre original.
Es, por lo tanto, un topónimo frecuente, que se repite en la misma forma, Campo del Moro, en Fuente Enebro (Burgos). Por lo tanto, los restos del primitivo Madrid romano o visigodo, guiándonos por la toponimia, deben aparecer en el Campo del Moro.
En definitiva, la Madrid, en femenino, se llamó así por estar junto a la madriz o madre del río Manzanares. Todavía se dice que algo se “sale de madre” cuando se desborda, igual que un río. En Arganda del Rey mismo tenemos las Lagunas de las Madres, y en Villaviciosa de Odón existe un Arroyo de la Madre, que no hace más que evidenciar de nuevo el uso de madre y madrid para nombrar el cauce de los ríos y arroyos. La palabra Magerit, aunque aparezca en documentos medievales, no tiene mayor relevancia. Simplemente es la manera en la que se escribió en castellano una palabra árabe que a su vez era la manera árabe de pronunciar el topónimo latino Matrit. En el paso del latín al árabe y del árabe al castellano se debió producir la deformación.

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