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Tras las huellas de la sierra

Tras las Huellas de la Sierra: San Sebastián de los Reyes, independiente por los Reyes Católicos

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4 meses

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Guillermo Herrero, responsable de www.toponimos.es.- Para entender y conocer la historia de San Sebastián de los Reyes hay que remontarse al menos hasta el siglo XIV, cuando se produce la guerra sucesoria entre Pedro I el Cruel y su hermano, Enrique de Trastámara, que ocasiona la división de las tierras castellanas.

Al morir el rey en la batalla de Montiel, el trono castellano pasa a manos de Enrique II, que inicia una política de gratitud hacia sus fieles. Así nacen los señoríos jurisdiccionales, que pasan a ser comarcas a los que los reyes cedían o delegaban ciertas facultades como administrar justicia, percibir en su propio provecho determinados tributos, intervenir en la designación de alcaldes y de otras autoridades, etc..

Fue en 1369 cuando Enrique II otorga a Pedro Menéndez de Mendoza (1340- 1385), mayordomo real de Juan I, el señorío de Alcobendas, aparte de otros territorios madrileños como el Real de Manzanares, el sexmo de Lozoya y las aldeas de Barajas y Cobeña.

El primer señor de Alcobendas murió en 1385. Le sucedió su primogénito Diego Hurtado de Mendoza. Tras 84 años de pertenencia a los Mendoza, de forma no del todo clara, en 1457 el señorío de Alcobendas pasa a manos de Diego Arias Dávila, de origen judío que se convirtió al cristianismo en Segovia, casándose luego con Elvira González, posiblemente vinculada con la familia de los Mendoza.

Aunque protegido por el rey Enrique IV, Diego Arias se había ganado mala fama entre sus súbditos e incluso entre la nobleza. Años más tarde, su nieto, llamado también Diego, tuvo tiránico pero corto, que maltrataba a sus súbditos y no les permitía trasladarse a vivir a otro lugar. (1476-1482).

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Vecinos del señorío de Alcobendas intentaron trasladar su residencia a la villa de Madrid, teniendo que intervenir en 1480, desde Toledo, los Reyes Católicos dictando una real cédula en la línea de protección a los vecinos de Alcobendas que quieran trasladarse a los territorios de la Villa de Madrid. Aparte de cuestionar el “maltrato” hacia los vasallos, los reyes favorecían el movimiento de personas hacia los realengos para limitar el poder de los señoríos, que en muchas ocasiones cercenaban los poderes reales.

En 1482 Juan Arias Dávila, con residencia en Torrejón de Velasco, es el nuevo señor de Alcobendas, el décimo, que prolonga su dominio hasta 1539. Y así, hartos de esta situación, en 1486 varios vecinos de Alcobendas se asientan en el cerro del Clavel -junto a la ermita de San Sebastián- y solicitan la residencia en la villa de Madrid.

Juan Arias Dávila considera un desafío tal actitud y les responde quemándoles sus cabañas y apresando a algunos de ellos. Quienes consiguen huir acuden el 12 de febrero al puente de Viveros -situado sobre el río Jarama, en la aldea de Barajas- al encuentro con el rey Fernando el Católico, que se trasladaba de Alcalá de Henares a Madrid, y al que piden protección. Una real cédula del 2 de mayo de 1492, dictada en Medina del Campo, pone bajo la protección de los Reyes Católicos a los vecinos insurrectos y ordena la liberación de los presos.

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Desde entonces ese lugar empieza a llamarse San Sebastián de los Reyes, pasando a depender del Concejo de Madrid. El 23 de agosto de 1492 treinta y una personas solicitan a la Villa de Madrid nueva vecindad por diez años en el nuevo poblado que el concejo aprueba, asignándoles días después los solares donde podrían construir sus casas así como las tierras para sus cultivos.

El 9 de enero de 1493, tras nuevas represalias de Juan Arias hacia sus habitantes, el concejo de Madrid procede al amojonamiento de los terrenos de San Sebastián de los Reyes, configurando sus fronteras originales que perdurarían hasta los años veinte del siglo XIX.

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