Más de 70 años lleva la familia Armendáriz entre telas, vestidos, sábanas y complementos, abriendo cada mañana las puertas de ‘Tejidos y confecciones’. El 30 de marzo su actual propietaria e hija de los fundadores, Soledad Armendáriz se jubila. Ese día echará el cierre a más de 7 décadas de historia de su familia pero también de su ciudad y de los pueblos de la zona.
‘Liquidación por jubilación’ se puede leer en el escaparate tras el cual se vislumbran las estanterías cada vez más vacías. Entre ellas, Soledad ha encontrado pedazos de historia en forma de pololos, ropa interior de hace décadas o batas con marcado estilo sesentero. La que no pasa de moda es la vieja máquina registradora que siempre se ha utilizado para cobrar las ventas, incluso recuperando los céntimos con la llegada del euro. Ahora, aquel género que no se venda estas semanas, será donado a las distintas parroquias del pueblo.
Soledad se emociona al recordar como creció entre todos estos tejidos y como después eran sus hijos y nietos los que jugaban en esta tienda que, como sus tejidos, guarda historias hilvanados con recuerdos de varias generaciones.