La velocidad de los toros en este encierro fue inferior a la de días anteriores: la manada, de hecho, entró en chiqueros dos minutos después de la salida de los corrales. Se registraron 7 heridos -ninguno por asta de toro-, dos de pronóstico reservado, que fueron trasladados al Hospital Infanta Sofía. Dos heridos trasladados a Hospital para exploración Uno de ellos presentaba una brecha en la cabeza por lo que se le trasladó al centro hospitalario para ver el alcance del traumatismo. Este herido se produjo en la calle Estafeta, al principio de la recta final, y fue el más aparatoso al golpearse el corredor con el suelo. El otro herido fue trasladado al mismo hospital con una posible fractura de húmero. La llegada del fin de semana ha tenido como consecuencia un aumento de participantes en el cuarto encierro. En esta ocasión se llegó a los 2.200 corredores, cuando en días anteriores se ha estado entre 1.500 y 1.800 corredores. Según el director del encierro, Emilio Esteban, “ya no estamos sólo los de casa o los corredores de proximidad, los que se mueven por la región, sino que estamos viendo a personas que vienen de diferentes puntos de España y del extranjero”. Mayor número de corredores, y además no sólo de la zona Un mayor número de gente en el recorrido podrían haber originado problemas para meterse “entre astas”. Sin embargo, los toros de la ganadería pacense Luis Albarrán, procedencia Murube-Urquijo, destinados a la corrida de rejoneo de esta tarde, estuvieron muy templados e hicieron el recorrido con más lentitud de lo habitual en otro tipo de encastes. De hecho, en esta ocasión no se han visto colisiones de toros con las talanqueras laterales, habitual en los tres encierros anteriores. Según Esteban, los astados trotaron con ‘la cara alta’ y dejando huecos a los corredores que pudieron disfrutar y lucirse en los tramos más largos, especialmente en la calle Real, y en algunos otros, como calle Postas. |