La formación ha emitido una nota de prensa en la que explica que el pasado 26 de febrero se elevó al Pleno la liquidación de ejercicio 2014 en el ayuntamiento de Tres Cantos.
La liquidación no es más que la cuantificación de los resultados reales producidos en el ejercicio, tanto desde el punto de vista de los ingresos como de los gastos. Para poder formarse una opinión es necesario comparar dichos resultados con los previstos en el presupuesto; si existe un gran parecido llegaríamos a la conclusión de que el presupuesto se ha hecho bien; en caso contrario, concluiríamos que se hacen mal. También debe compararse la liquidación de 2014 con las liquidaciones de los ejercicios anteriores; entre otras cosas para ver la tendencia; eso es lo que hemos hecho y por ello tenemos criterio para exponer nuestro punto de vista. El análisis de esas tendencias también debería ser tenido en cuenta a la hora de confeccionar los presupuestos de años futuros. También es recomendable actuar con criterios de prudencia especialmente en lo concerniente a los ingresos, puesto que en un ayuntamiento los gastos son más previsibles.
Del análisis de la liquidación de 2014 pueden deducirse que tenemos algunas fortalezas y debilidades; fortalezas en el sentido de que los ingresos han sido superiores a los gastos, el Resultado Presupuestario Ajustado ha dado un superávit de 5,7 millones de euros, básicamente porque se le está pidiendo a la ciudadanía un mayor esfuerzo fiscal del que quizá fuera necesario, y no sólo eso sino que se vuelve a pedir un esfuerzo adicional en 2015, pues el partido PP ha hecho oídos sordos a algunas de nuestras peticiones.
En relación a la liquidación de 2014, el partido de gobierno quiere transmitir a la opinión pública un mensaje de color rosa. Aunque es cierto que las cuentas han ido relativamente bien, seguimos con un Remanente de Tesorería para Gastos Generales negativo de 2,1 millones, con una deuda de 7,4 millones que no hemos empezado a pagar y hemos tenido que provisionar más de 9 millones de euros por los ingresos de difícil cobro.
El resultado es consecuencia del gran esfuerzo fiscal que se está pidiendo a los tricantinos, especialmente a través de los impuestos como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) -que representa el 34,34% de todos los ingresos- y el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, también conocido como plusvalías. Ambos impuestos están muy afectados por la revisión general realizada en 2009 que supuso un incremento brutal del los valores catastrales (un Δ del 158% sobre los valores anteriores). También es cierto que se han producido plusvalías importantes, no previstas, como consecuencia de la venta de algunos grandes edificios.
